Coloquio con la Beata María Antonia de San José

Inspirado en la lectura de las cartas de Mama Antula, Mons. Giobando ofreció esta homilía en la que conversa con su amiga Mama Antula, en la Misa a 224 años de la Pascua de María Antonia de San José.

7 de marzo de 2023, Homilía de Mons. Giobando en la Basílica de La Piedad.

  • Mons. Giobando: ¡Pase, pase que está en su casa!
  • Mama Antula: Si de aquí nunca me he ido, están mis restos, está mi espíritu, está esta casa de Dios y de María que me recibió cuando andaba errante por Buenos Aires, esperando que me aprobara el Obispo iniciar la tarea de los Santos Ejercicios, nunca hice nada sin pedir permiso a la Iglesia.
  • Mons. Giobando: Qué alegría Mama Antula celebrar hoy su fiesta, ya es beata y queremos que sea santa.
  • Mama Antula: Vaya despacio amigo jesuita y obispo, vaya despacio, que las cosas de Dios llevan tiempo, como la semilla para crecer y dar fruto, como el árbol para darnos su sombra, hay que saber esperar y mientras tanto, trabajar en el Reino, que se gana con paciencia y mucho esfuerzo.
  • Mons. Giobando: Dígame querida Beata, ¿cuál ha sido la experiencia más fuerte de su vida?
  • Mama Antula: Andaba yo por los 38 años de vida, consagrada a la obra de los Ejercicios Espirituales que daban los jesuitas allá en Santiago. Muchas tandas, mucha gente, era admirable ver los frutos de conversión y de buenas costumbres que producían estos santos rezos.
    Pero una mañana, de improviso y sin aviso, se llevaron a los jesuitas a Córdoba, presos. Tenían que dejar todo e irse…con lo puesto.
  • Mons. Giobando: ¿Y qué hizo usted querida madre?
  • Mama Antula: Tomé una capa negra que me dejó un jesuita, pedí ayuda a Dios y con otras mujeres nos pusimos a trabajar. Más fácil hubiese sido quedarme llorando en los rincones, o hacer la mía. Pero me dije con resolución y fortaleza interior, muy necesarias para las obras de Dios: “Ponte en camino Antonia, y vaya hasta allá donde Jesús no sea conocido para darlo a conocer”.
  • Mons. Giobando: Vaya obra que emprendió usted siendo mujer y desvalida, desprovista de todo y con los jesuitas expulsados…
  • Mama Antula: Es que esa expulsión no fue ausencia, como dijo Doña Alicia aquí presente, esa expulsión trajo consigo una obra que no dependió de mí, sino de la Providencia del Señor, que todo lo puede. Yo soy una humilde servidora, que para las obras de Dios hay que considerarse nada y muy ruin. Y así sin más que un bastón y unas sandalias muy simples, que se me rompieron… me puse en camino.
  • Mons. Giobando: Usted sí que caminó, diría el Papa Francisco: fue una “callejera de la fe”.
  • Mama Antula: Está bueno ese título, nuestro Señor y Maestro anduvo por los caminos, San Francisco Solano anduvo por estas tierras, con su violín y el Evangelio, anduve yo, con otras mujeres, hasta nos dijeron que éramos brujas y algún cascote recibimos. El Santo Cura Brochero anduvo por los caminos, con su mula, su breviario, su rosario y el libro para dar los Ejercicios, que se llevó de la Santa Casa para darlos en Traslasierra. Si no se camina, el Evangelio no llega a la gente, hoy casi nadie va a la Iglesia, hay que salir a buscarlos.
  • Mons. Giobando: Hablando de la Santa Casa, ¿se ha pegado una vueltita?
  • Mama Antula: Sí, allí están las Hermanas, mis hijas espirituales, también hay otras mujeres consagradas, un capellán, se dan los Ejercicios, la gente se va consolada, hay movimiento, pero para que no sea una pieza de museo, hay que seguir invitando a los retiros, no aflojen, que las almas dispersas se las lleva el enemigo.
  • Mons. Giobando: Aquí en la Iglesia hay muchos que son parientes tuyos… perdón ya te estoy tuteando.
  • Mama Antula: A ustedes les digo: trabajen para la mayor gloria de Dios y el bien de las almas, empleen sus tiempos y talentos no sólo para darme a conocer, sino las obras que el Buen Señor me inspiró: los Ejercicios y la ayuda a los más pobres, si van por estos lados, estarán cerca del Evangelio.
  • Mons. Giobando: Querida Beata ¿que nos dirías hoy a los argentinos?
  • Mama Antula: En Santiago del Estero hay un árbol, muy querido, el algarrobo, de el se saca su fruto, la algarroba. Hay que tomar el mortero y moler bien las semillitas para que salga una harina nutritiva. Les diría a los argentinos y a las argentinas, porque soy mujer y siempre he sido muy femenina y con una larga fortaleza que tenemos las criollas, que se dejen moler como la harina de la algarroba, dejen de andar cada uno por su lado, como semillas sueltas que las dispersa el viento o se la comen los pajaritos, sean una masa bien unida, compacta, vigorosa y nutritiva, solo así podrán ayudar a los millones de pobres que hoy tenemos y aglutinar las múltiples fuerzas que están dispersas y traen tanta desunión.
  • Mons. Giobando: Gracias Mama Antula, gracias por tus palabras, gracias por seguir acompañando nuestras vidas, nuestra Iglesia. Y volviendo a las ganas de que seas santa, queremos hacer juntos esta oración a Dios, en tu presencia:
    Padre bueno que nos regalas la vida de los santos y santas como un signo de entrega y de fidelidad en el seguimiento de tu Hijo, te pedimos por la ayuda del Espíritu Santo que concedas a tu Iglesia la pronta canonización de la Beata María Antonia de San José, nuestra querida Mama Antula. Que su santidad sea un impulso para la evangelización de nuestra patria y que todas nuestras obras sean para la mayor gloria tuya y salvación de las almas. Amén.
    María Antonia de San José, ruega por nosotros.

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