En su homilía en la Misa de entronización de una imagen de Mama Antula en la Basílica de San Ponciano de La Plata, el arzobispo de la ciudad Mons. Víctor Manuel Fernández puso en valor la figura y el legado de María Antonia de Paz y Figueroa.

Mientras en las veredas de la ciudad de La Plata los tilos destilaban un suave olor de santidad, el lunes 29 de noviembre al mediodía quedó bendecida la nueva imagen de Mama Antula en el Santuario de María y Todos los Santos -Basílica de San Ponciano- con el templo lleno de fieles y devotos como si fuera domingo.



“Este hermoso Santuario de María y Todos los Santos se ve bendecido hoy con la llegada de la Mama Antula” inició Mons. Fernández su homilía.

“Ustedes saben que un día yo estaba en la casa Santa Marta en el Vaticano, almorzando con el Papa y un grupo de sacerdotes argentinos. Esto era bastante antes de la beatificación. Y uno de esos sacerdotes se acordó de la Beata María Antonia, y decía “yo no sé nada de esa mujer, pero dicen que la trataban de loca porque andaba despeinada, y caminaba por todos lados” un poco así como despectivamente. Y El Papa lo paró y le dijo: “¡Ojo, que esa mujer vale oro!”. El cura se quedó colorado y dejó de hacer chistes con la Mama Antula” contó Mons. Fernández, que remarcó la fama de santidad en vida de Mama Antula y el estilo pacificador que la caracterizaba, aun siendo considerada una mujer fuerte de su época, poniendo en relevancia que la ternura y la firmeza son dones que no se excluyen. “Imagínense ustedes que en ese entonces la ciudad de Córdoba tenía 11 mil habitantes, y Mama Antula logró que más de 3 mil personas realizaran los Ejercicios Espirituales”, comentó Fernández.

“A los Ejercicios Espirituales los hacían desde los más pobres -que eran esclavos en aquella época- y los hacían también los más nobles y de familias más ricas. Y la Mama Antula también se asombraba y decía: ¡Qué milagro lo que pasa acá! Esos que en la vida común se desprecian, se odian, ni se hablan, y acá terminan juntos haciendo los Ejercicios Espirituales y todos tienen el mismo valor ante los ojos de Dios. Era como que toda la división de la sociedad se acababa allí”, dijo Mons. Fernández, gran conocedor de la obra y devoto de María Antonia, y autor del libro “Nuestra Mama Antula, caminante del Espíritu” (editorial San Pablo, Buenos Aires, 2014).
Al finalizar su homilía que resultó una amena catequesis de la vida, obra y espíritu de María Antonia de Paz y Figueroa, Mons. Fernández pidió “ojalá que escuchemos el llamado de la santidad”, y luego de pedir un aplauso para Mama Antula, bendijo a cuatro mujeres que forman parte del Ministerio de la Escucha de San Ponciano.
Durante la Misa Mons. Ernesto Giobando bendijo con incienso la nueva imagen de María Antonia de San José en San Ponciano. Para la ocasión, Giobando donó una reliquia “ex ossibus” de nuestra Mama Antula. Se trata de una reliquia de primer grado, es decir, consiste en un pedacito de un hueso de María Antonia de San José, del que los fieles presentes pudieron tomar gracia luego de la Misa. Imagen y reliquia se instalarán en el camarín primitivo de la Basílica de Luján que se conserva en este templo.

Link de la Misa completa: https://www.facebook.com/canonizacionmamaantula/videos/901682590722180