La localización de dos cartas de originales Mama Antula, previas a la fundación de la Santa Casa, reaviva la fe de sus devotos y seguidores. En ellas se revela su obra misionera anterior a su tarea en la capital del virreinato del Río de la Plata.

La localización de dos cartas originales de Mama Antula -que estaban adjuntadas en la positio de canonización en forma de copias- genera júbilo y esperanza por ser considerado un signo de su pronta canonización. Las cartas están dirigidas a las máximas autoridades virreinales: el Virrey Pedro de Cevallos (1777) y el Virrey Juan José Vértiz (1779).
Las cartas son reliquias de enorme valor histórico y místico y confirman el itinerario misionero de María Antonia de Paz y Figueroa por el interior del virreinato del Río de la Plata. Además revelan el estado de gracia de su peregrinación espiritual previo a su llegada a Buenos Aires, cuando sostiene que quiere seguir caminando dando a conocer a Dios “mientras me dure la vida, y si me fuera posible, andar por todo el mundo” (cfr carta 1777). Fueron escritas mientras se encontraba en la ciudad de Córdoba organizando multitudinarios Ejercicios Espirituales.

El hecho de que estas antiquísimas cartas hayan sido escritas por una mujer en el siglo XVIII le da un valor histórico excepcional porque hay muy pocos escritos realizados por mujeres de esa época, por la sencilla razón de que por entonces, en general, las mujeres no sabían leer ni escribir. Solo escribían ciertas mujeres nobles, reinas y princesas que recibían educación privilegiada o algunas religiosas que vivían en conventos y monasterios. Según la tradición, a Mama Antula -criolla, mujer, beata y laica- le enseñaron a leer y a escribir los jesuitas en Santiago del Estero, su tierra natal.

La localización de los originales
Las cartas físicas originales se localizaron para ser adjuntadas al trabajo de investigación del sacerdote argentino Fernando Cornet para su su tesis en «Literaturas y Lenguas Extranjeras para la Mediación Cultural y la Valorización del Territorio» basada en las cartas escritas por Mama Antula, y presentada en la Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales de la Universidad de Sassari en Cerdeña, Italia.

Como fruto de su tesis Cornet realizó un trabajo de actualización y reordenamiento del epistolario de María Antonia de Paz y Figueroa, editado en forma de libro. Las cartas escritas por Mama Antula son consideradas por prestigiosos académicos y filólogos -como don Pedro Luis Barcia- la primera literatura originaria de la Argentina, lo que la convierte en la primera escritora de la Patria.
Como parte del trabajo de investigación Cornet adjuntó a su tesis los originales de estas dos cartas dirigidas a los virreyes -cuyas transcripciones figuran en la positio- y para eso les pidió a un grupo de devotos de Buenos Aires que consultaran en en los antiguos repositorios del Archivo General de la Nación donde se encuentran desde hace 240 años.
Corría noviembre de 2020 y no fue posible ir a buscarlas de inmediato debido a la pandemia, porque por el aislamiento preventivo y obligatorio quedó suspendido el acceso al material no digitalizado del AGN desde marzo de 2020.

Dentro de la fecunda correspondencia de Mama Antula la mayoría de las cartas fueron destruidas cuando, después de haber sido trasladadas de la Santa Casa a la Curia del Arzobispado de Buenos Aires, ocurrió el episodio de la quema de Iglesias de 1955. Al incendiarse la Curia todas esas cartas originales desaparecieron quemadas. Luego, con el tiempo, fue recolectándose su correspondencia a través de libros como “El estandarte de la mujer fuerte” (una recopilación de cartas y testimonios realizada gracias al Padre Gaspar Juárez en Europa en vida de Mama Antula) y el laborioso trabajo de historiadores y compiladores.
Los primeros biógrafos de Mama Antula antes de 1950 –Mons. Marcos Ezcurra y Lucrecia Sáenz Quesada de Sáenz– reconstruyeron su vida y obra e incluso realizaron una primera reconstrucción de su correspondencia basados en la tradición. Luego las compilaciones fueron revisadas, ajustadas y chequeadas por investigadores que aportaron certeza histórica como José María Blanco SJ, Cayetano Bruno, Justo Beguiriztáin, P. Ignacio Pérez del Viso y la Dra. en Historia Alicia Fraschina, miembro de la Junta de peritos históricos en la causa de canonización, Junta nombrada por el Papa Francisco.
Las cartas

Se trata de cartas que no están digitalizadas y que no pueden ser fotocopiadas -para preservarlas de los efectos nocivos de la luz-. Se encuentran catalogadas dentro de un legajo junto a 1336 cuadernillos y folios sueltos fechados en la Intendencia de Córdoba, entre los años 1774 al 1779. Para acceder a ellas hay que usar guantes quirúrgicos.
La primera carta está fechada el 6 de agosto de 1777 y -si bien no consta en el texto el destinatario- está destinada al Virrey Cevallos, el primer virrey del flamante virreinato del Río de la Plata cuando Buenos Aires y aledaños dejó de formar parte del virreinato del Perú. Mama Antula la escrita inmediatamente de anoticiada de que Cevallos es el nuevo virrey del nuevo virreinato.
En esta carta Mama Antula pone al tanto de su actividad misionera a la máxima autoridad virreinal desde que empezó su peregrinar desde su Santiago del Estero, pasando por todas las ciudades de la Provincia de Córdoba del Tucumán. La escribe desde la ciudad Córdoba, donde -cuenta- está realizando multitudinarias tandas de Ejercicios de a 200 y 300 personas por vez.
Es de 4 carillas de extensión. Contiene palabras escritas en “el lenguaje culto y coloquial del tardo Setescientos en la América hispana” al decir del Padre Cornet. Está en perfecto estado de conservación y firmada como “María Antonia de San José, Beata de la Compañía”.
Puede leerse la transcripción de la carta de 1777 al Virrey Cevallos en este link:

En la otra carta fechada el 8 de febrero de 1779 tampoco figura el destinatario, aunque está dirigida al virrey Juan José Vértiz y Salcedo, sucesor de Cevallos y único virrey criollo -nacido en América, Yucatán, actualmente México-. En esta carta Mama Antula, que escribe desde la ciudad de Córdoba, hace un breve balance de sus últimos 10 años de peregrinación difundiendo los Ejercicios Espirituales y le pide permiso al virrey para “pasar” a Buenos Aires a continuar con su obra misionera.
Reorganización del corpus epistolar
Con el hallazgo de la carta original escrita en 1777 a Cevallos, se reordena el corpus epistolar de nuestra web quedando esta nueva epístola como la carta original más antigua que se conserva de Mama Antula.

Hasta el 30 de septiembre de 2021 la carta más antigua de Mama Antula de nuestro catálogo en realidad no existe en soporte físico, sino que se trata de una transcripción de una traducción escrita en francés. Es la carta fechada en 1778 dirigida al Padre Juárez en la que profetiza que la Compañía de Jesús será restituida. No se conoce el original en castellano de esta carta, y existe una versión en italiano; lo que confirma la popularidad y veneración de Mama Antula en el viejo mundo cuando ella todavía vivía, donde esperaban sus epístolas con ansia e inmediatamente recibidas eran traducidas a todos los idiomas y reenviadas a todas partes del mundo.
Por lo tanto desde ahora, al reorganizar el orden cronológico epistolar, esa carta de 1778 pasa a ser la segunda carta más antigua conocida. Porque la nueva carta dirigida al Virrey Cevallos en 1777 pasa a ser la primera carta original más antigua que se conserva de Mama Antula, y la nueva carta dirigida al Virrey Vértiz y fechada en 1779, la tercera.
Sintaxis, ortografía y caligrafía antigüas
Sin ánimo de realizar un análisis lingüístico de las cartas, que para eso está el libro de Cornet (puede descargarse al pie de página de este link), observamos su particular estilo literario -afín a esa época-: Mama Antula escribía “sin respiro”, es decir, sin puntos seguidos, en párrafos larguísimos con oraciones muy extensas separadas por comas. Abunda el uso de las abreviaturas que se utilizaban en aquel tiempo, que tienden a sintetizar los usos y tratamientos jerárquicos. Esto sumado a la caligrafía escrita a pluma, llena de firuletes, y a una ortografía previa a las convenciones lingüísticas modernas -con lo que hoy llamaríamos “faltas de ortografía”- hace que las cartas originales no puedan ser leídas de una hojeada, sino mas bien estudiadas con tiempo. Descifradas. Aldo Marcos de Castro Paz aportó su ojo avizor y entrenado para dichas transcripciones.

Es mucho lo que podemos aprender haciendo una básica lectura hermenéutica de sus escritos. Por ejemplo, tener en cuenta que Mama Antula se dirige a los virreyes como “Su Excelencia” y “Su Señoría” en época de plena monarquía, que consideraba que era Dios quien le delegaba el poder al Rey. Para la forma de gobierno monárquica la fuente del poder era “descendente”: provenía de Dios que lo delegaba en el Rey y del rey el poder bajaba al pueblo. Posteriormente, en la modernidad, prenden con fuerza las teorías basadas en el pensamiento de Francisco de Vittoria y la doctrina de Francisco Suárez que fundamentan filosófica y teológicamente el concepto de soberanía política: el poder es “ascendente”, reside en el pueblo y éste lo delega en sus representantes, teorías sobre las que se gestaron las revoluciones y guerras independentistas -como la Revolución de Mayo de 1810- que dieron paso a la creación de los Estados Modernos democráticos. Todo lo que podemos leer de Mama Antula es previo a eso, previo al nacimiento de la Argentina como país, pero a la vez germen y semilla de la patria hoy.
La localización de estas cartas originales de María Antonia de Paz y Figueroa es leída por sus devotos y seguidores como un signo de los tiempos, como una señal importante de esperanza en la revalorización de la obra misionera de Mama Antula, y en su pronta canonización. Como que «llegó el tiempo de Mama Antula».