Esta carta se refiere a la carta 15 de febrero de 1784: las amistades del intendente del Río de La Plata están con vida, y Mama Antula celebra que el Padre Juárez ya le mandó a hacer su nuevo Manuelito. Además, expresa que en breve cruzará el Río de la Plata para hacer los Ejercicios en Colonia y Montevideo.

Mi venerado Padre en Jesucristo P. Gaspar Juárez
(Nota del P. Juárez: recibida a 15 de agosto 85).
Buenos Aires, 29 marzo 1785.
Estimadísimo Padre mío:
Tengo recibidas dos apreciables de Vuestra Merced, una de 30 de agosto y otra de 10 de noviembre del año pasado de 84, y que desde luego han venido muy bien, porque aún no han llegado las que me dice escribió y remitió con los religiosos dominicos y agustinianos, quienes, como se temió Vuestra Merced, se han detenido en España.
Yo agradezco en primer lugar la imagen del Niño, mandada a hacer en ésa, y que ya quisiera tener a la vista, para encomendarle especialmente los asuntos míos, que tantas diligencias le cuestan y tanto se retardan por el nuevo Acordado entre esa Corte y la de España, en donde no tenemos por ahora agente que los agite, si el Ilmo. Sr. Malvar, que ya se retiró a Galicia, no se hace cargo por sí o por su apoderado. Pero sin embargo Vuestra Merced puede valerse de Don Joaquín Alós, caballero del orden de Santiago y capitán de infantería de los reales ejércitos de su Majestad Católica que actualmente reside en Madrid; es muy conocido mío, ha entrado dos veces en Ejercicios y es de toda mi entera satisfacción, pues para lo mismo se le ha escrito. Yo confío que nuestro Señor tomará a su cargo estas cosas, porque son para su mayor gloria, cuyo particular encargo hago a Vuestra Merced, por San Joaquín y Santa Ana, para que por ellos lo recomiende a Dios.
Por tanto, he sentido mucho que Vuestra Merced me solicita las gracias limitándolas a los obispados de Buenos Aires y Tucumán, cuando yo, no obstante de que todas las noches pienso amanecer muerta, me hallo con ánimo bastante para correr todo el mundo y llevar los santos Ejercicios a todas las partes donde Dios es conocido.
Así, mi amado Padre, espero que lo que se consiga en adelante, venga con más amplitud, y que las indulgencias que el Ssmo. Padre ha concedido a los ejercitantes tres veces en cada año, se extiendan a todos, todas las ocasiones que tomen los Ejercicios. De no ser así se seguiría que unos lograrían este beneficio y otros no, y que por conseguirle se agolpase la gente en aquellas semanas a que estaban aligadas las indulgencias.
Por lo que mira a la dirección de las cartas, advierto que una sola vez las he hecho incluir bajo de cubierta a Cádiz, y todas las demás las he encaminado en derechura a Roma, como lo haré siempre, franqueándolas aquí, para que no le sean gravosas. Estimaré que las que Vuestra Merced me escribe vengan dirigidas a Don Manuel Joaquín de Zapiola en primer lugar, y en segundo a mí, para que no haya novedad.
Doy a Vuestra Merced las gracias por los cajoncitos de reliquias y demás cosas de devoción, con que luego que lleguen, obsequiaré a los bienhechores de mis ejercitantes y entregaré lo que me ordena a la Señora Alquizales. Aún no la he visto, por estar en su quinta; cuando nos hablemos, la saludaré en su nombre. Tampoco se ha ofrecido hablar con el Sr. Intendente, para hacerle saber que viven los sujetos de quienes deseaba tener noticia. Quedo entendida en que ya ha recibido Vuestra Merced los primeros cien pesos, y cuento también con que habrán llegado a sus manos los otros cien pesos. En esta ocasión, he dispuesto que Don Manuel Joaquín de Zapiola hará poner en manos de Vuestra Merced dos onzas de oro que remito: una onza para Vuestra Merced, media onza para mi confesor, y la otra media onza para mi sobrino Juan José.
Por lo que mira a Ejercicios, mi Padre, aquí no paran en todo el año, sin reparar en las estaciones de los tiempos, y generalmente en tan crecido número de gentes, que las más veces me veo precisada, como sucede en el día, a formar dos oratorios por no ser bastante uno, sin embargo de ser las piezas muy grandes, de modo que esta última semana han pasado de 230 ejercitantes, sin contar con los sirvientes, aconteciendo las más veces verme en precisión de no poder admitir y dejarlos con destino para otra. El fruto lo conocen los buenos sacerdotes que me ayudan y me dicen que se advierte reforma en la ciudad y sus contornos.
Ahora me hallo en ánimo de pasar el Río de la Plata y servir a Nuestro Señor en la Colonia, Montevideo y villas de la otra Banda, en donde hay harta necesidad, y me están llamando con instancia. Sea Dios bendito. Vuestra Merced, para no vetarse el beneficio concedido, me remitirá lo más breve que pueda por Don Agustín Xavier de Beristáin, residente en Cádiz, quien sin retardo alguno me dirigirá en las primeras ocasiones que se presenten, reencargándole que Vuestra Merced si no se puede, no lo sienta ni se apure, porque, siendo todo con destino a cumplir la voluntad de Dios, su Divina Majestad providenciará cuando fuere a su mayor agrado.
Me encomiendo a las oraciones de Vuestra Merced y los Padres Ventura, Ordóñez, Juan Nicolás y mi sobrino, y espero que el Señor me los ha de consolar; ínterin le pido los guarde muchos años.
Buenos Aires, 29 de marzo de 1785.
Besa las manos de Vuestra Merced su afma. en Cristo.
María Antonia del Señor San José.
P. S. Mis encargos de indulgencias y reliquias para mis bienhechores ha de ser sin detrimento de los intereses de Vuestra Merced, porque nada quiero que gaste, respecto de que la Providencia de Dios me la facilita, manifestándome a las claras los corazones de sus criaturas, y a no estar Vuestra Merced tan distante procuraría socorrerlo; con que así vuelvo a insinuarle que ni lo sienta, ni se apure, que yo tengo algunas reliquias de los Santos que son muy letrados. Mi Padre Don Gaspar Juárez.
Ficha Técnica:
- Fecha: 29 de marzo de 1875
- Desde Buenos Aires
- De Mama Antula
- al Padre Juárez
- Idioma: Español
Cf. Blanco XLVI: ASR 129-132 (en castellano); G 45; B 60-61.