Carta 13 – De la Sierva de Dios al P. Toro en Montevideo (Buenos Aires, octubre de 1783)

El deseo de Mama Antula por la conversión de las almas la ha «obligado a aplicar mis designios en diversos países». En esta carta inicia las gestiones de lo que será su misión en la Banda Oriental del Uruguay, que por entonces dependía del Virreinato del Río de La Plata y de la diócesis de Buenos Aires. El destinatario es el Padre Diego Toro, mercedario descalzo, a quien le pide ayuda para realizar los Ejercicios Espirituales en Montevideo.

Viajes de mama Antula en el Uruguay, vía misionerosdigitales.com

“Carta que dictó para el Padre Toro, misionero de Montevideo”.

Encabezado posterior escrito en el principio de esta carta

Buenos Aires, octubre de 1783.

La gracia del Espíritu Santo sea con V. R. mi Padre. Los vivos deseos que tengo de ver extendida la misericordia de Dios en la conversión de los pecadores principalmente me han obligado a aplicar mis designios a diversos países; pero siempre con la reserva de sujetarlos a la voluntad del Altísimo; y como su Divina Majestad se ha dignado proveer a esta Ciudad de una mies tan abundante y tan continua, no he tenido libertad para otra cosa que para recogerla a manos llenas. Esto ha dado motivo tan eficaz como lo expongo, para que yo no haya podido pasar a esa Ciudad, sin embargo de las buenas esperanzas y santos deseos de estas buenas gentes, que con la persuasión de V.R. se preparan a recibirme con tan bellas disposiciones. Dios les pague el mérito. No nos sería tan sensible esto, cuanto la dificultad, que me asiste de ir allá por ahora, pues las insinuaciones de este Excmo., las instancias grandes de Montevideo y sobre todo la voluntad de Dios que me llama para esta Ciudad me precisan condescender con los ruegos de ésta. Por lo que puede V.R. venirse cuanto antes a fin de que tratando estas cosas conforme Dios nos dé a entenderlas, tomemos aquellas últimas disposiciones, que sean de su mayor honor y gloria.

Ya sabe V.R. cuánto aprecio sus consejos, cuánto los amo, y cuánto deseo sujetarme a ellos. Presenciará V.R. las cosas de por aquí, las observará de cerca, y entonces cooperará, mediante este conocimiento, a que su Beata, asistida de sus dictámenes, tome o tomemos juntos el rumbo que nos mostrare el dedo de Dios.

Yo también le ayudo a dar gracias al Señor, porque en su persona ha favorecido a esas gentes dependiéndoles la Santa Palabra. Espero en su Bondad, que el fruto corresponda a sus fatigas, y que éstas se coronen en el último día. Supongo que en mucho habría suplido la Misión por los Ejercicios. Gran socorro es lo primero; lo segundo Dios lo dispondrá cuando les convenga.

Mis oraciones no pueden faltarle conforme ellas son, ni las de mi casa; en las cuales pedimos le guarde muchos años pues estamos todas –y yo particularmente– tan obligadas.

V.R. agradezca de mi parte a las Sras. Manzos todo cuanto el anhelo y las disposiciones con que aguardaban la presencia de Dios; no hay buen deseo que para la criatura no le sea muy útil; por tanto ellas, ni cuantas les han acompañado a lo mismo, no quedarán sin recompensa.

  • Fecha: 1 de octubre de 1783
  • Desde Buenos Aires
  • De Mama Antula
  • al Padre Toro, en Montevideo
  • Idioma: Español

Cf. Blanco XXVII: ACSBA (original, en castellano); G 38.

Publicado por Agustinasalerno

Publico cuentos que escribo para que los puedan leer.

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