Tres años antes de la beatificación de Mama Antula, el Papa Francisco envió una esquela a la Sra. Luisa Sánchez Sorondo «deseando» la pronta beatificación de La Beata. Aún siendo Arzobispo de Buenos Aires, Jorge M. Bergoglio siempre fue muy devoto de Mama Antula y solía repetir al venerarla: «Esa mujer vale oro».
